Alemania se prepara para romper el dogma de la austeridad tras años de creencia ciega en el déficit cero y de repudio del endeudamiento y las inversiones públicas. El Bundestag, mañana, y el Bundesrat o cámara regional, el viernes, deben aprobar el plan del futuro canciller Friedrich Merz para invertir centenares de millones de euros en defensa, infraestructuras y medio ambiente. El plan es el resultado de un acuerdo entre los democristianos de Merz y los socialdemócratas —próximos socios de la coalición de Gobierno— y Los Verdes. La primera economía de Europa dará, si no hay sorpresas en las votaciones parlamentarias, un paso fundamental para afrontar, con el arsenal económico y militar necesario, la doble amenaza de los EE UU de Donald Trump y la Rusia de Vladímir Putin, y una grave crisis económica e industrial. Es la respuesta adecuada al nuevo escenario mundial y el final de una política de rigor presupuestario que ha causado más daños que beneficios, en Alemania y Europa.
