Los “bodega cats”, gatos que viven en las tiendas de alimentos de Nueva York, se han convertido en uno de los distintivos tradicionales de la ciudad. Pero su existencia se encuentra en conflicto con las leyes estatales, que prohíben tener animales en los establecimientos donde se vende comida. A pesar del riesgo de ser multados, los propietarios de estas mascotas defienden su presencia como un beneficio más para los clientes y una ayuda en el control de plagas.
