Se sabe: las cosas en familia nunca salen como uno espera. Las fotografías familiares son un claro ejemplo. Siempre hay alguno, o algunos, que las echan a perder. En tal fecha no llegaron todos o en la foto sale un novio que ya nadie recuerda, en otra la pareja tal ya se divorció, en otra los niños salen poniendo cuernos o haciendo caras. Difícil la foto familiar sin duda y es que es la muestra de lo complejas que son las relaciones en ese entorno. Además, a las dificultades de la familia nuclear se suman los agregados que no son siempre bien recibidos, o los tíos pasados de tragos ventilando intimidades propias y ajenas. Pero hay alguien, siempre hay alguien, que tiene que sumar a todos para que salga bien por lo menos la comida de Navidad o el cumpleaños de los abuelos. Aunque sea un evento al año que salga sin pleito. No siempre se logra.
