“Un hombre se suicida después de que una IA le invitara a hacerlo”. “Mi hija habló con ChatGPT antes de quitarse la vida”. “Los padres del adolescente que se quitó la vida en EE UU demandan a ChatGPT por ayudarle a “explorar métodos de suicidio”. “Un adolescente se suicida tras enamorarse de un personaje creado con IA”. No son las sinopsis de varios capítulos de la distópica serie Black Mirror, son noticias reales en las que se acusa a la inteligencia artificial de alentar conductas suicidas. Ya sea por motivos de ecoansiedad, frustración amorosa o validación de pensamientos autolesivos, Pierre, Sewell Setzer, Sophie o Adam Raine, respectivamente, se quitaron la vida tras una conversación con chatbots programados con IA.
