
La historia de este plato comienza cuando un simpático trabajador del transporte aéreo, Ove Jacobsson, fue invitado a una cena de amigos donde cada uno llevaba un plato (sí, los suecos a veces compartimos comida). Ove no sabía cocinar y literalmente mezcló las sobras que tenía por casa: restos de pollo asado, plátano, nata, bacon y cacahuetes salados. Se le ocurrió que esta combinación de hombre hetero divorciado podría estar rica al horno, y así lo hizo. En contra de lo que los demás humanos podríamos esperar, el plato fue un éxito y gustó mucho a sus amigos. Casualmente, uno de ellos era periodista gastronómico y publicó la receta en 1976, y a partir de entonces se fue haciendo popular.
