Elsa Calle, de 68 años, se define como rentista de capital, es decir, su trabajo consiste en administrar inteligentemente su dinero a través de inversiones que le permitan mantener su acomodado tren de vida. Llegó a Madrid en 2022 tras haber vivido en Medellín, Colombia, desde 2014. “Cuando vi que iba a ganar Petro, decidí irme. Ya había tenido suficiente trauma con Chávez, no quería más incertidumbre”, cuenta la venezolana. A través de Instagram, se enteró de la existencia de la residencia no lucrativa, un visado que permite vivir en España sin necesidad de trabajar: basta tan solo con demostrar cierta solvencia económica. Calle, que poseía inmuebles en Medellín, decidió vender sus propiedades y migrar a Madrid con la tranquilidad de contar con su pensión para sus gastos. “Era un plan B asegurado”, afirma.
