Estados Unidos es consciente de la creciente impaciencia —e inquietud— internacional ante el aparente punto muerto en que se encuentran las negociaciones para un alto el fuego entre Rusia y Ucrania que Washington ha querido dirigir por su cuenta. Después de escuchar a varios de sus principales aliados de la OTAN insistir en la necesidad de saber cuanto antes si Moscú acepta o no la tregua ya aprobada por Kiev, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ha asegurado que es cuestión de “semanas, no meses”, conocer las intenciones de Vladímir Putin. Y ha adelantado que el presidente Donald Trump “reevaluará” la situación si no obtiene una respuesta satisfactoria.
