
Lo primero que hacía Marty McFly al viajar a 2015 era calzarse para la ocasión. Para ello, el equipo de Regreso al Futuro II (1989) diseñó, de la mano de Nike, unas zapatillas futuristas con suela de astronauta y cordones autorregulables. En 2015 se puso a la venta el modelo original pero, para entonces, ya había quedado desfasado. Contra sus predicciones, en esa época empezaba a extenderse el estilo opuesto. Con una suela mínima, la horma ancha y sin tacón, los zapatos barefoot se crearon dentro del mundo deportivo para imitar la sensación de ir descalzo y fortalecer el pie. Ahora Balenciaga los ha recuperado con un polémico modelo reducido a una suela de goma y un precio esperablemente estratosférico. Fuera del escándalo, los comercios locales también empiezan a incluir el calzado minimalista. Este 2025 podría ser el año en el que se volviera a andar, casi, descalzo.
