Cuando un medicamento pierde la patente y la industria de los genéricos puede competir con la marca original, los precios caen abruptamente. En España lo suelen hacer en torno al 40%, pero es mucho menos de lo que sucede en otros países. Los españoles pagan un 20% más que la media europea por estos fármacos, un porcentaje que se puede llegar a triplicar si se compara con el mercado escandinavo, el más competitivo, según un informe de 2023 de lo que equivaldría en Suecia a la agencia de productos farmacéuticos y sanitarios (TLV, por sus siglas en sueco).
