Como entrevistadora, Silvia Intxaurrondo (Barakaldo, 45 años) se sabe todos los trucos. Y calcula cada palabra cuando está al otro lado del frente. Impertérrita dentro y fuera de las cámaras, no pestañea ante los ataques machistas, los prejuicios o el ser señalada por unos y premiada por otros. Ella, dice, es periodista y nada más. “Vengo de un pueblo donde la gente ha tenido que apretar los dientes y trabajar duro para salir adelante. Fui la primera mujer de mi familia que fue a la universidad. Desde pequeña, tuve claro que no podía fallar”, reconoce. Al escribir resulta tan dura como en la tele. Lo reflejan algunas escenas de Solas en el silencio (HarperCollins), su primera novela. En ella, aborda la violencia silenciosa que sufren las mujeres. Y leerla revuelve el estómago.
